13. Ventajas de contar con un Protocolo
• Prevenir cambios no autorizados.
• Guardar revisiones de los documentos de
requerimientos.
• Recuperar versiones previas de los documentos.
• Prevenir la modificación simultánea a los
requerimientos.
• Mayor precisión en determinación de esfuerzos,
plazos y costos.
• Mejor capacidad de planificación de los proyectos.
• Mayor visibilidad de riesgos asociados al
desarrollo.
• Preservar los intereses de ambas partes (Cliente y
DocIRS).
• Buenas prácticas de la actividad de gestión de
requerimientos.
• Definir un proceso de control de cambios.
• Establecer un grupo (o comité) de control de
cambios.
• Realizar análisis del impacto sobre los cambios.
• Crear líneas base y controlar las versiones de los
requerimientos.
• Mantener la historia de los cambios.
• Seguir el estado de los requerimientos.
• Medir la volatilidad de los requerimientos.
• Usar herramientas de gestión de requerimientos.
• Crear matrices de trazabilidad de los
requerimientos.
• El proyecto puede responder frente a petición de
nuevos requerimientos o petición de cambios en los requerimientos de
diferentes maneras.
• Diferir los requerimientos de baja prioridad.
• Obtener recursos adicionales.
• Ordenar y realizar más horas de trabajo
(preferiblemente durante un periodo corto de tiempo y pagado).
• Ajustar el calendario para acomodarse a la nueva
funcionalidad.
• Ninguna aproximación es universalmente correcta
porque cada uno de los proyectos es diferente (características,
presupuesto, calendario, recursos y calidad).
• Independientemente a cómo se responda a los cambios
de los requerimientos, lo que realmente importa es ajustar las
expectativas y los compromisos cuando sea necesario.
• Las gestión de requerimientos tiene como salidas
los cambios aprobados y no aprobados, informes acerca del estado del
proceso, de actividades o requerimientos, resultados de análisis de
matrices y otros.
14. Desventajas de no contar con un Protocolo
Cuando la gestión de los requerimientos no se hace
con un protocolo definido, de inmediato aparecen síntomas, tales como:
• Altos niveles de trabajo adicional a lo largo del
proyecto.
• Obligar al personal de programación a aceptar
requerimientos bajo el paradigma “si los solicitado no se realiza el
sistema no sirve”. • Se incrementa en forma desmesurada y desordenada
las peticiones de requerimientos.
• No se cuenta con herramientas para verificar que el
producto cumple los requerimientos aprobados.
• Hay altas probabilidades de entregar un producto
incompleto o incorrecto.
• Volver a revisar cambios en los requerimientos, una
y otra vez, generando derroche de recursos muy visibles para el cliente.
• Retrasar el calendario para acomodarse a la nueva funcionalidad.
• Permitir reducir el nivel de calidad bajo la
presión de mantener la fecha original (frecuentemente esta es la
reacción por defecto).